Foto: Chris Jordan
Cuando comencé con el blog
Relog Verde pense como podìa retransmitir mis sensaciones, sentimientos y preocupaciòn; los medios de comunicaciòn son la mejor arma, los videos virtuales tienen una alta llegada, es por ello que mas que escribir me gustarìa que este artìculo sea màs visual y puedan ustedes mismos darse cuenta de la pequeña o gran contribuciòn que tienen a la destrucciòn de nuestra fauna y flora, quizà esa chapa de botella, ese encendedor olvidado en la playa o esa envoltura de helado sea un veneno mas eficaz que un raticida comparto con uds. unas
imágenes de Chris Jordan, fotógrafo y activista estadounidense y tambièn un video suyo sobre un viaje realizado en el 2009 a
Midway, una pequeña isla en el Pacífico.
La denominada basura marina, constituye uno de los más graves problemas de contaminación de nuestros océanos y lo peor de todo es que es imparable. Más del 60% de la basura que llega son plásticos. Ya en el año 2005 el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente), puntualizaba que por kilómetro cuadrado se encontraban unas 13.000 partículas plásticas, bien flotando, bien en el fondo del mar.
La primera víctima de los depósitos plásticos en el mar es la vida animal. Se calcula que 267 especies, principalmente pájaros y mamíferos marinos se comen los residuos plásticos o llevan el alimento a sus crías.
El plástico hallado en los océanos no es solo aquel que va quedando en las playas, como vasos y recipientes de bebidas. Una de las principales amenazas proviene de piezas casi invisibles, los llamados “pellets”, bolitas con medio centímetro de diámetro utilizados como materia prima en las industrias. El mundo produce actualmente 230 millones de toneladas de productos plásticos por año, contra cinco millones en la década de los 50.
Los “pellets” llegan a los océanos por medio de los barcos que los utilizan para limpiar sus tanques. Esas bolitas tienen una gran capacidad de absorción de contaminantes. Sólo una de ellas puede concentrar un millón de veces más contaminantes que el agua donde se depositan, envenenando la vida marina.
En Lima y Callao se corre el riesgo de consumir peces que se alimentan con plástico que los propios pobladores arrojan irresponsablemente al mar, alertó la Organizaciòn Mundial Ambiental.
“Nuestra fauna y flora marina está bastante deteriorado, específicamente porque todos los residuos sólidos terminan en el mar”, señaló.
Explicó debido a esta contaminación muchos peces terminan muertos y varados en las orillas del mar, porque terminaron siendo atrapados por bolsas plásticas o porque consumieron fierro, madera y otros productos que le hicieron daño.
Una de estas playas amenazadas por la contaminación es la playa Carpayo, en el Callao, debido a que la marea traslada la basura que se acumula en el litoral de Lima y de otras zonas de la provincia constitucional.